El trabajo infantil se da en todos los sectores en los que la UITA está afiliada, pero el sector agrícola es el que se enfrenta a los mayores retos.
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El 71% de todo el trabajo infantil se realiza en la agricultura. 108 millones de niñas y niños trabajan actualmente en el sector. La mayor parte de este trabajo infantil se produce en pequeñas producciones agrícolas familiares, pero 1 de cada 5 niños/as trabaja en la agricultura comercial
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El Congreso de la UITA de 1997 declaró que "la eliminación de todas las formas de trabajo infantil es el objetivo de la UITA" y adoptó un plan de acción para alcanzar ese objetivo, en el que se pedía a todas las afiliadas que obtuvieran compromisos claros de los empleadores de no utilizar el trabajo infantil y de no abastecerse de operaciones que lo utilizaran.
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En el sector de los derechos humanos, la UITA ha desarrollado un modelo de acuerdo contra el turismo de la prostitución, particularmente enfocado en la prostitución infantil.
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Todo indica que la crisis de COVID-19 podría empujar a millones de niños vulnerables al trabajo infantil. Los principios de la UITA, adoptados en 1997, seguirán dando forma a nuestra respuesta
La UITA reconoce que el flagelo del trabajo infantil es a la vez el resultado de sociedades que se enfrentan a una pobreza extrema y uno de los factores que por sí mismo refuerza el continuo subdesarrollo de esas sociedades.
Por consiguiente, la solución del problema del trabajo infantil radica en el desarrollo social general de esas sociedades, y un factor para asegurar ese desarrollo social es el fortalecimiento del movimiento laboral en esos países.
En última instancia, los movimientos laborales fuertes y eficaces representan una condición previa esencial para eliminar el trabajo infantil, así como otras privaciones sociales que también están inevitablemente presentes en las sociedades en las que el trabajo infantil es más frecuente.
